He visto que, en Internet, en los últimos años se ha
difundido mucho el tema de los Anunnaki. ‘Anu’, en los textos babilonios-asirios,
significaba cielo, estrella; es decir que anunnaki serían “seres estelares” o “seres
venidos del cielo”, o, simplemente “seres extraterrestres”. También se les
denomina nefilim (caidos o venidos
del cielo).
A partir de unos escritos de Zecharia Sitchin
intitulados “CRÓNICAS DE LA TIERRA”, el tema de los anunnaki, seres
extraterrestres tomados por “Dioses” por civilizaciones humanas arcaicas, tomó
auge y atrajo el interés de muchos curiosos e investigadores.
He estado leyendo “El 12°Planeta” , el primer libro de “Crónicas de la Tierra”
(de Z. Sitchin) y, como estudioso de Teosofía y Antroposofía que soy, no puedo
dejar de reconocer y ver las siguientes cosas:
1.
Que tal obra es,
desde el punto de vista de los datos aportados a nivel de los descubrimientos
arqueológicos, un interesante aporte a los investigadores de la verdad sobre el
origen del hombre en la Tierra.
2.
Que los datos
aportados, si bien desde el punto de vista de la ciencia arqueológica puedan
ser valiosos, son sin embargo insuficientes para determinar la verdad del
origen primigenio del ser humano en la Tierra; (la Teosofía aporta más datos,
tomando al ser humano como un ser material, álmico y espiritual; y no tan solo
como una creación material, como parece ser en lo que se basa las investigaciones
de Sitchin, que jamás habla de la creación del alma humana y del origen del
Espíritu humano).
3.
Que el autor de
este libro: “El 12° Planeta”, Zecharia Sitchin, no parece ser un investigador imparcial, porque a través de su relato
se notan sus intenciones de confluir en ciertas ideas preconcebidas. Su relato
se esfuerza por concluir en que el ser humano proviene de SUMER (tierra de los
sumerios), y que todas las civilizaciones, incluida la egipcia, provienen de
aquella. Este autor, al referirse a los sumerios, se está refiriendo en
realidad a los que en Teosofía se denomina “2° subraza” de la Raza ARIA (la 5°
raza raíz), que es la ‘subraza árabe’ o “babilónico-asirio-caldea”. Pero,
a pesar de lo que dice este autor, no sería allí donde comienza la Humanidad, sino mucho
antes…, como en Teosofía se estudia.
4.
La historia que
cuenta Sitchin sobre la llegada de los anunnaki a la Tierra y su vinculación e
incidencia en la humanidad terrestre, se remonta a 445.000 años atrás. Sin embargo,
millones de años antes según los estudios teosóficos (hace decenas de millones
de años), existió la raza Lemur o lemuriana, en el continente Lemuriano (en lo
que hoy es el Océano Indico), raza de color negroide que emigraron a África; y
hace 5 millones de años aparecieron los Atlantes que vivieron durante millones
de años en el Continente Atlántico en el norte del océano que hoy lleva el
mismo nombre… Por lo tanto, los anunnaki llegaron a la Tierra mucho después de
estas etapas raciales humanas. Ya había civilizaciones en la Tierra, y otras
Jerarquías extraterrestres y ultraterrestres (angélicas) ya habían creado al
ser humano (aunque aún estaba en formación, y aún lo está). Hace 16,5 millones
de años llegaron a la Tierra los Manasaputras (Señores de la Mente), que eran
seres superiores dotados de un gran Fuego Mental; estos seres “soplaron” dentro
del homínido humano la substancia de la mente que, como germen, quedó en el
hombre lemuriano. Ese fue el inicio del alma humana (el primer paso del prehistórico
“homosapiens”, que se desarrollo más tarde…). Todo esto ocurrió mucho antes de
que los anunnaki llegaran a nuestro planeta. Los anunnaki, al llegar a la
Tierra pusieron de sus genes en el humano ya existente…, pero no fueron los
“creadores del ser humano”…, ni mucho menos.
El
3° punto citado arriba, en el cual Z. Sitchin afirma ser SUMER y toda el área
de la Mesopotamia el origen de la civilización humana, puede ser rebatido por
conocimientos de Teosofía, como por ejemplo, los encontrados en los siguientes
libros:
Ambos libros del teósofo Scott Eliot
Y “EL SISTEMA SOLAR” (de Arturo Powell).
Los
pongo a disposición para que los investigadores comparen los conocimientos y
saquen sus propias conclusiones.
También
comparto el “BREVIARIO DE ESTUDIOS EISA”, donde
se pueden estudiar los términos “Raza”, Raza Madre”, “Raza Raíz”, “Subraza”,
etc., para aclarar conceptos que en el libro de Zecharia Sitchin no son
aclarados.
Existen
insuficiencias o temas dudosos en la obra de Sitchin (“El 12° Planeta”); como
por ejemplo, el tema de ‘las repentinas’ apariciones de vegetales y animales
domésticos en la Mesopotamia (en la
tierra Sumer). Sitchin afirma que son los anunnaki los que trajeron las
especies de vida vegetal y animal que hicieron de la legendaria Mesopotamia un
Jardín de vida muy próspero, en el cual floreció (según él) por 1° vez la
agricultura… Pero Sitchin no está tomando en cuenta las antiguas civilizaciones
atlantes (4° Raza Raíz) que habitaron el continente de la Atlántida mucho
tiempo antes… Sitchin no habla de esto… Los atlantes fueron civilizaciones con
adelantos también en todo orden de la vida y hubo emigraciones atlantes
(varias) durante miles de años antes del último Diluvio que terminó por hundir
Poseidonis (la última porción de la Atlántida, hace 13000 años).
Esto
no quita ni anula la idea de Sitchin de que existían seres de las estrellas en
todo esto…, pero los anunnaki no fueron los únicos que intervinieron en la
creación del hombre. Estos seres celestiales a los que hace referencia Sitchin
(lo cual extrajo de la traducción de las tablillas sumerias en escritura
cuneiforme) eran extraterrestres con mayor adelanto tecnológico que el humano
terrestre, pero de muy dudosa conciencia moral, como lo demuestran los relatos
sumerios… Estos “dioses” tenían amores y odios entre ellos y con los humanos
terrestres; podían tener acciones benéficas y ayudar al hombre, pero también
podían destruir y castigar sin piedad al ser humano…
Algunos
anunnaki eran lujuriosos, incestuosos y violentos (hasta violadores); tenían
relaciones sexuales con sus propias hermanas e hijas (esto no es idea mía…,
todo está en el libro de Bichín “El 12° Planeta”). Es evidente que estos
“dioses” no eran evolucionados álmicamente, ya que además se demuestra (por los
relatos sumerios) que podían ser egoístas,
celosos, envidiosos, iracundos, posesivos, ambiciosos y soberbios; todas
estas son emociones de baja calidad y vibración que, evidentemente, “heredó” el
ser humano terrícola, y de ello se desprende que, tanto los “humanos
terrestres” como los “humanos extraterrestres” (estamos hablando
particularmente de los anunnaki), tendrán por igual y por delante, un largo y
purificador sendero que recorrer para la evolución de la conciencia (alma), es
decir, un camino de purificación interior que pueda terminar en la
transformación del carácter, cimentado en una transformación alquímica del
alma. “El carácter es la piel del alma”;
por lo tanto, podemos inferir que el alma de estos “dioses” no podría ser muy
iluminada que digamos...
Sitchin
compara las leyendas sumerias de “los dioses anu” con las leyendas de los
dioses griegos (Zeus, Poseidón, Hades, etc.,) y parece ser que se trataría de
los mismos seres; eso es interesante, pero la creación del ser humano no se
limita a tales “dioses”…
En
Teosofía se explica que la creación del Hombre en el esquema de evolución de la
Tierra proviene de tiempos inmemoriales, y que ha comenzado en forma germinal,
con el mismo proceso de gestación del planeta Tierra. Durante el proceso, han
estado interviniendo “Jerarquías Creadoras” de diferentes niveles evolutivos
del sistema solar y del cosmos. Tan solo una de esas Jerarquías Creadoras
serían los anunnaki (de las tablas sumerias) que intervinieron en una
porción muy menor de tiempo (si se compara con todo el proceso…), y se
trataría (los anu) de una jerarquía de ‘Devas’
(significa “brillantes” o “dioses”) de
menor categoría, todavía muy materiales e imperfectos. Estos seres
intervinieron en la creación del ser humano terrestre en sus principios
constitutivos inferiores, materiales (cuerpos físico y emocional, principalmente), pero no crearon al ser
humano, ya que, como vimos, este ya existía antes de que los anunnaki
arribaran a la Tierra.
Ahora
bien: ¿Por qué y cómo pudieron llegar a la Tierra estos seres…?
Más
allá de que se diga que proceden del ‘12° Planeta’, eso no sería importante o
relevante, sino cómo es que el Espíritu Planetario Terrestre (El Logos
Planetario) dio permiso a su ingreso…
Respuesta: El Logos Solar Planetario “abrió Sus Puertas” y
permitió la entrada de seres del espacio exterior (a los autorizados), durante
el período atlante; esto ocurrió por Ley de Servicio (lo cual encastra también
con el Karma loloico en Su Creación), ya que cada Logos Creador debe asumir
parte del “peso” de lo que aún queda por superar en el Universo Local del cual
forma parte. (Aquí hay bastante para reflexionar…).
(Fuentes internas revelan que el Sol
Planetario permitió a los anunnaki ingresar a la escena evolutiva terrestre en
un período, pero que, en ese tiempo, hubo otros ingresos e influencias no
autorizados, que interfirieron indebidamente en la genética humana).
Además
de lo explicado (que los anunnaki no crearon al Hombre, sino que se les
permitió solo intervenir e interactuar en un período, produciendo algunas
inclusiones genéticas), hay que agregar que estos extraterrestres de un orden
evolutivo ‘inferior’ (si se los compara con el resto de los Creadores y
Jardineros de Vida del Universo) nada tuvieron
que ver con la aparición del germen mental en el hombre-animal lemuriano
(en 3° Raza Raíz) y menos aún tienen que ver con la “Chispa espiritual” que es
la esencia más interna del Hombre… En estas inclusiones y conexiones internas y
supersutiles intervinieron Jerarquías de Seres más elevados (solares) de los
cuales Zecaria Sitchin nada habla, porque las tablas sumerias, pareciera que
nada dicen (o casi nada…); pero que no lo hayan sabido los sumerios y no lo
hayan escrito en sus tablas, no significa que estos conocimientos más amplios
sobre las Jerarquías Creadoras del Universo no existan… La Teosofía sí
nos habla sobre ello…
La Teosofía considera al Hombre como un
ser material, mental y espiritual
(para decirlo en forma simplificada) y por lo tanto, han existido (y existen)
seres de la Creación Universal que se dedican a construir cada ‘piso o nivel’
del ser humano. Por ejemplo, en la construcción de una casa, existen diversos
especialistas que se dedican a diversas cosas para que la casa esté finalmente
edificada y completa. El arquitecto construye el plano, llama al constructor, y
este llama a los obreros que construyen los cimientos, las paredes, el techo
(que a veces lo hacen techistas especiales) y luego deben trabajar los
especialistas en electricidad, plomería, revestimientos, etc. Jamás se nos
ocurriría pensar que solo el arquitecto, o que solo un obrero o un grupo de
ellos (sin especialistas), construiría sin ayuda la casa completa… Pues bien,
el Hombre es como una muy compleja “casa” que estuvo siendo construida (y aún
está en proceso) a través de edades raciales que han durado millones de años.
Esto no lo explican las escrituras sumerias… Las jerarquías constructoras son
“dévicas” o bien “angélicas”. Dentro de estas jerarquías hay extraterrestres,
pero estos son físicos o etéricos en sus cuerpos, pero la mayoría de estos ‘seres
constructores’ son tan elevados que ya no poseen cuerpo material visible (al
ojo humano físico); están en el plano astral, o en el mental o en niveles aún
más elevados. Estos últimos son los responsables de construir la parte “álmica”
y “espiritual” de la “Casa-Hombre” o “Templo Humano”.
Con
respecto a las Jerarquías Creadoras necesarias para la construcción de un planeta
y de todas las especies de vida en el mismo, sugiero la lectura del siguiente
libro, de Vicente Beltrán Anglada (teósofo y estudiante de la Escuela Arcana):
Este
libro explica que los Angeles o Devas Creadores son llamados por el Logos
Planetario (el Espíritu Planetario) para la creación de Su próximo “Cuerpo de
Manifestación”: UN PLANETA. Los Ángeles de tantísimas categorías y niveles
acuden a Su Llamado y se encargan de construir todo, y cuando digo “todo”, es
“todo”: Los primeros Angeles (ultraterrestres muy evolucionados) junto al Logos,
delimirtan el espacio en el cual van a construir y extraen del Logos mismo las
cualidades de energía para plasmar en el espacio “EL ETER”. El éter es la substancia (el espacio ‘cualificado’ con
energía) en la cual se construirá el cuerpo etérico-físico planetario y todas
las formas de vida de todos los reinos y especies de vida que existirán en el
planeta. Los Devas trabajan con la substancias elementales del éter y llegan a materializar
las energías gaseosas e incandescentes y a transformarla (por alquimia divina,
ciencia muy elevada) en elementos químicos y en formas creadas. Esta es una
explicación muy simplificada (e imperfecta…) porque no me puedo explayar aquí
(para eso está el libro de Anglada que lo explica muy bien…), pero así doy una
idea, y vemos que las cosas no son tan simples y lineales como las cuenta Z.
Zitchin. Por ejemplo, Zitchin dice que en Venus no existe vida, simplemente por
el hecho de que nuestra ciencia “no la ve”, lo la puede registrar con sus
aparatos actuales… En esoterismo teosófico se sabe que, aunque el ojo físico no
lo vea, existe vida en los demás planetas del sistema solar, hay especies
evolucionando (y hay seres inteligentes, como los venusinos) que no podemos ver
físicamente, aunque un ocultista clarividente si puede registrar… Los Ángeles
también trabajan en esos planetas, porque ellos construyen vida en todos los
planos, no solo en el plano físico. La visión de Zecharía Sitchin es, evidentemente,
muy materialista.
Aclaro
que este libro (“Las Fuerzas Ocultas de la Naturaleza”) podría ser algo
complicado para quienes no tengan estudios de Teosofía básica…, pero con la
ayuda del BREVIARIO (donde se pueden
encontrar los vocablos) se puede leer…
Algo
que hay que agregar es que el hecho de que se hayan encontrado escrituras
sumerias después de estar miles de años enterradas, no significa que todo lo
que digan esas escrituras sean “verdades infalibles”…, ya que fueron escritas
por escribientes de aquella época que eran ‘humanos’. Los escribas podían ser
sacerdotes o encargados de escribir las historias y relatar los hechos según lo
que ellos podían entender de los hechos… Es decir que se trata de relatos de
personas de aquella época que cuentan, según su óptica y comprensión, lo que
veían o estaban autorizados en escribir… En resumen, se trata de “opiniones” de
personas de aquella época, que, aunque sean “opiniones” tal vez autorizadas en
aquella cultura, no estarían exentas de errores, como tampoco están exentos de
cometer errores los científicos, sacerdotes y escritores de nuestros tiempos,
que escriban sobre cualquier materia… Además las traducciones de las tablillas
sumerias a veces parecen ser entrincadas y simbólicas y referenciales, y hay
mucho ‘personalismo’ de Sitchin en la interpretación de los significados, con
tendencias a interpretaciones materialistas (siempre pensando solo en la
existencia ‘tridimensional’) de hechos que podrían tener significancia
esotérica, que, por supuesto, Sitchin no puede develar…).
Digo esto, porque muchos toman estas
traducciones de la escritura cuneiforme sumeria como “una gran verdad
indiscutida”. Es como si por haber estado miles de años bajo tierra las
escrituras hubieran tomado un hálito de “sagradas”… No sé por qué…, pero veo
que esto sucede así… Para mí son opiniones o puntos de vista (con inevitables
limitaciones humanas) de personas sumerias ya desaparecidas…, pero no hay nada
de sagrado o infalible en ello; aunque sí es interesante estudiar todo… (y
sobre todo estudiar los simbolismos esotéricos que puede haber detrás de los
relatos, cosa que no he visto en el libro de Sitchin).
Es
evidente que los sumerios no conocían (o lo escondieron muy bien entre sus simbolismos)
los secretos del Hombre y del Cosmos que en estos últimos siglos han salido a
la luz sobre Teosofía, Cosmogonía y Antroposofía, que nacieron con revelaciones
de ocultistas como Cristian Rosenkreutz (Cristiano Rosacruz), H.P. Blavatsky,
Max Heindel, y muchos otros… Sin embargo, lo interesante es que las escrituras
sumerias revelan la existencia (en aquella remota época) de una conexión
directa, física, con “los dioses” (que no eran dioses sino extraterrestres),
cosa que más tarde… se perdió, ya que “los dioses” se retiraron de la escena
visible. Es muy posible que un grupo de “Custodios de la Evolución” (seres de
jerarquías más elevadas) fueran los que, en un momento dado, comenzaron a
impedir que esos dioses inferiores (los anu…) siguieran descendiendo a la
Tierra y mezclándose con los humanos terrícolas. Esto fue como antesala y
preparación para un evento muy especial que pronto sucedería: el ingreso a la
Tierra de una “ENERGÍA-CONCIENCIA” superior, una Jerarquía Solar muy elevada,
que fuera conocida en la Humanidad terrestre como “CRISTO”.
Cristo
no es una persona, sino una Conciencia Solar-Espiritual. Era, por supuesto, un
ser muy superior a los anunnaki; un ser de categoría Solar de elevadísima
evolución moral y de ‘la Conciencia’
(ingrediente que era más bien pobre en los anunnakis). Cuando El Cristo, el Gran Ser Solar, desciende a la
Tierra en la figura de Jesús, las cosas cambiaron, porque el resto de “los
dioses” (anunnakis, reptilianos, insectilianos, etc.) se tuvieron que “correr
de la escena”… Por eso es que hubo una gran lucha oculta entre las Fuerzas de
la Luz Crística (personificadas en la figura de Jesús, pero presentes en toda
la Tierra) y las fuerzas retrógradas (anticrísticas) cuyo poder era ‘el
egocentrismo’. Aclaremos: Lo anticrístico es “egocéntrico”; lo crístico es
“cosmocéntrico” (es unidad). El Cristo vino a barrer con esas jerarquías
menores para conducir al ser humano de la Tierra a su despertar espiritual
(hacia el Reino del Padre, que es el reino de la Unidad).
Como
CRISTO es la más alta jerarquía de este universo local, tenía la potestad de
regir sobre todas las cosas y seres, y a los extraterrestres egocéntricos que
se aprovechaban del ser humano terrícola no les gustó nada la labor del Cristo,
porque El venía a mostrar al Hombre el camino hacia la Verdad, la Libertad y la
Iluminación (o cristificación). De ahí el dicho bíblico: “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida”… Con esto, les estaba
quitando poder a “los dioses” sobre el ser humano. Por
eso es que comenzó una lucha. Bien sabido es cómo los romanos perseguían a los
cristianos… y cuantas proezas realizaron los apóstoles para convertir a los
infieles, y como los romanos (influenciados por las fuerzas retrógradas anticríticas)
martirizaron a muchos… No hace falta hablar más de eso… Los dioses romanos (que
en esencia eran los “Anu”) fueron reemplazados por UN UNICO DIOS PADRE, un
Único Espíritu Universal, y SU HIJO: ‘CRISTO’ (que era una extensión del
mismo Padre-Espíritu en su descenso a la Materia). Este “Cristo” es el Amor
Cósmico que vive como chispa en el corazón de cada ser sintiente. Esa chispa solar en el ser humano debe
lograr convertirse en Llama consciente…
Ese es “el sendero” para las peregrinas almas…, el sendero que conduce hacia el
reencuentro espiritual y el Despertar de la Conciencia. Pero los anunnaki no
podían enseñar este sendero a la Humanidad terrestre, por el simple hecho de
que ellos mismos adolecían (en general) de la conciencia espiritual necesaria
para guiar a otros (eran fundamentalmente
egocéntricos, no crísticos, salvo, tal vez, algunas excepciones con individuos
de su raza). Estos “dioses” eran
materialistas y tenían poder sobre la materia, pero la mayoría eran
anticrísticos, porque solo seguían los intereses de sus sectarios deseos egoistas.
Tener poder sobre la Tierra y señorío sobre la vida en la Tierra era su mayor
interés; no estaban interesados en la evolución del alma o conciencia (aunque
algunos de ellos pueden haber mostrado en ocasiones signos de mayor benevolencia…).
Por todo esto es que CRISTO, tuvo que venir…, para enseñar al Hombre el camino
hacia su despertar espiritual y Liberación…
Por
lo tanto quien diga que Jesús fue otro “anunnaki” más…, como he escuchado
decir, se equivoca, y no sabe lo que está diciendo…
Por
supuesto que había mucho más como para explorar…, pero dejo los libros
ofrecidos para abrir más la cabeza con respecto a estos temas, y no quedarse
solamente con lo que escribió el hoy muy popular Zecharia Sitchin, que, aunque
hizo un buen aporte para sumar a la investigación general, no debiera ser
tomado como la principal fuente o la ‘piedra fundamental’…
La
TEOSOFÍA, es, para mí, sin dudar, lo más completo, ya que abarca, no solo las
investigaciones de la ciencia material, sino los estudios filosóficos de la
Humanidad y los ‘estudios esotéricos’ que complementan el saber con la
comprensión de “lo invisible” (pero no por ‘invisible’, menos ‘real’…).
S. Ra.
Ya que todo esto se refiere al MISTERIO DEL
HOMBRE, de su creación, comparto también otros dos materiales a continuación,
en los cuales se pueden ver otras facetas de las posibles “motivaciones” que
pudieron llevar a los ‘Seres Superiores’ a crear vida en la Tierra y a crear al
ser humano terrícola.
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