Mi intención en este tema es “desmitificar” y “desritualizar” lo que
tiene que ver con lo que podríase llamar “servicio espiritual” al Planeta Tierra
y a todo que existe en su esférico Cuerpo de manifestación.
Des-mitificar, comprender el
significado del mito penetrando tras el velo de la Leyenda para ver la verdad a
la que se refiere; y des-ritualizar la espiritualidad, es
decir, ir más allá de todas las fórmulas y ceremonias de orden espiritual o
esotérico, es una posibilidad que se presenta ante un nuevo despertar de la
conciencia en estos tiempos…
Para entrar en el tema de la RESONANCIA ARMÓNICA, que
nos da la posibilidad de una espiritualidad sin mito y sin rito, entraremos
antes en los dos términos mencionados.
“Desmitificar” (nuestra primera palabra clave) es necesario, para descubrir y comprender
la verdad que ‘el símbolo’ quiere expresar a través del mito. Los mitos son
leyendas, cuentos de historias fantásticas, que suelen encerrar una verdad. El
mito de Hércules, por ejemplo, quien tuvo que realizar sus “12 Trabajos”, uno
por cada signo del Zodíaco, encierra, en esa forma de leyenda, la realidad
oculta de “el
Trabajo del alma humana” para lograr liberarse de las oscuridades de la
ignorancia en la cual ha caido al sumergirse en la Materia (al encarnar en un cuerpo humano), para llegar finalmente (después de un largo sendero reencarnatorio) a la Luz del Espíritu, al Verbo Liberador,
en forma autoconsciente. Ese Verbo Liberador está dentro de cada ser humano,
pero está oculto, y es a través de “los Trabajos herculianos por comprender la
vida”, que el hombre puede encontrar finalmente Su Verbo: la Voz de su
Conciencia Interior, la Voz de Dios dentro de sí, o bien, como prefiero
llamarle: “el afloramiento de la Intuición espiritual”.
Desmitificar es, pues, necesario para comprender la
verdad y llegar a volverse ‘uno’ con Ella, sin necesidad del “símbolo”, es
decir, sin necesidad de la intermediación de la mente abstracta. Llegar a este
nivel, implica el despertar de Buddhi como consciencia activa, cosa poco común
en la actual humanidad; por eso el ser humano aún precisa de la religión, del
mito, del ideal y de la creencia. Con el despertar de Buddhi (o de
Cristo como consciencia), ya
no es más necesaria la religión externa, el mito, ni el ideal; porque todo se
transforma en “una resonancia de la verdad espiritual en sí mismo”, sin
necesidad de palabras o símbolos intermediantes. (Esto último lo desarrollaré luego).
Al desaparecer el símbolo intermediante
(es decir, al desaparecer el mito y la creencia, reemplazados por la
vivencia directa de la verdad búdica-crística), ya no es necesario tampoco
el rito. Aquí entramos en la segunda palabra clave, a la cual me referí al
inicio: “Desritualizar”.
En todas las religiones del mundo se
utiliza ‘el rito’ como forma de expresión de la fe, cuyo fin sería lograr la
intermediación y el contacto entre la Deidad y el Hombre. Los sacerdotes han surgido
para ser “intermediadores”, “puentes”, entre Dios y la Humanidad. Lo mismo
sucede con la fe espiritual de los pueblos indígenas en general. En todos los
pueblos vemos a la leyenda y al rito formando parte de la vida del hombre. ¿Por
qué esto es de esa manera…? ¿Habrá de ser siempre así; o alguna vez habrá de
cambiar, al cambiar la conciencia del Hombre…?
Ante todo hay que entender que no hay
nada de malo en el mito, ni en el rito, mientras no se trate de ritos con
sacrificios de seres vivientes, como los ha habido tantos, en diferentes
culturas a lo largo de la historia humana. Exceptuando esa clase de ritos, las
ceremonias en las que se expresa la fe en ‘El Supremo’ (lo llame como lo llame
cada cultura) con la intención
de atraer las bendiciones del Espíritu Puro desde el Cielo a la Tierra, son
inofensivas y expresión natural del estado de conciencia de la Humanidad en un
determinado momento de su historia.
¿Cuando
comenzaron la religión y el rito religioso…?
A inicios de la Raza Atlántica (o Raza Madre Atlante), hace más de cinco millones de años. Allí
comenzó la verdadera historia de la humanidad, porque es en aquella remota
época en donde el homosapiens (que ya había nacido millones de años antes,
al final de la era racial lemuriana) terminó de sumergirse en la materia física con el despertar de los
sentidos de percepción exterior y el consecuente despertar de la mente
concreta, objetiva. Al obtener (con
la evolución de las razas reices)
los 5 sentidos para percibir los objetos del mundo exterior, y una mente capaz
de “nombrar” los objetos percibidos (aparición del lenguaje),
al mismo tiempo, el hombre, ya nacido en la materia y en el mundo del
intelecto, perdió contacto con el mundo interno, subjetivo, y por ende, con la
región espiritual. Hay muchos mitos que enseñan esto.
Este “descenso a la Materia” con la pérdida (aparente y transitoria) del Reino Espiritual, hizo del ser
humano, (principalmente al
inicio de su camino como homosapiens), un ser sin rumbo, atado a las corrientes
astrales y materiales del planeta; es decir, un ente sin rumbo espiritual. Para
retomar ese rumbo interno, es que los humanos adelantados de cada época (algunos eran Avataras: que significa “Descenso directo de la Divinidad”) crearon, o dieron origen, a la religión,
para “religar” lo que había sido desligado; es decir, ligar nuevamente al ser
humano con el Hogar perdido: la suprema región espiritual. Así fueron naciendo
las religiones, y el ser humano, a partir de entonces, ha necesitado de la
religión, con sus doctrinas, sacerdotes y ritos, como mediación para ‘llegar a
Dios’ (al Reino aparentemente
perdido).
Al principio de la humanidad atlante, la religión en
general era politeista; se creía en “los Dioses”, y se creia que había que
hacerles ofrendas a esos Dioses para obtener algún favor de ellos, como por
ejemplo, tener una buena cosecha con lluvia abundante, etc. Todo ello se hacía
a través de ritos. Con el tiempo, es evidente que el Plan Divino llevó las
cosas hasta otro terreno: el ser humano debía alcanzar la idea de un Dios
Único, o Suprema Divinidad; es decir que, más allá de los seres que pueblan
el Cosmos Sideral (los
“Dioses”) existe “un Unico
Dios, absoluto y omnipresente” (inclusive,
sin necesidad de antropomorfismos).
Este plan, proyectado por las Inteligencias Solares para establecer el
monoteismo en la Humanidad terrestre, estuvo en manos de Moisés y,
posteriormente, del Cristianismo (que más allá de sus errores, llevó adelante
la idea principal del Dios Unico, del cual todas las cosas proceden).
Oriente, por su parte, (más
precisamente la India) siempre
sostuvo la idea de Brahma y Parabrahman, el Dios absoluto.
La Teugia (del griego teos:
Dios; ergon: obra) era la actividad que podríamos denominar
como ‘Magia Divina’, que se efectuaba con el fin de contacto y comunicación con
los “Genios Solares” (Ángeles y Espíritus Planetarios), para atraer Su Luz a la
Tierra. Se practicaba en la antigüedad mediante ritos que los Iniciados conocían
bien. Cada religión ha tenido su tipo de “Teurgia”…
Es en este punto,
después de la necesaria introducción sobre la aparición del mito y del
rito con el nacimiento del homosapiens,
en el cual podemos abordar el concepto de RESONANCIA ARMÓNICA”.
La Resonancia Armónica es la capacidad
que posee todo ser humano que se ha reecontrado con su verdadero Ser (el Atman
o Espíritu) de resonar en toda su aura con la Luz del Espíritu Solar.
Imagen figurativa de la Resonancia Armónica
entre Espíritu, alma y personalidad.
El ser humano que se ha
reencontrado con su núcleo espiritual (con su Nous) puede servir de puente
entre el cielo y la tierra, sin necesidad de religión, de sacerdote, ni de
ritos. Se transforma así él mismo en un sacerdote, es decir, en “UN PUENTE”
para que por su intermedio desciendan las bendiciones solares al mundo.
Otra manera de llamar a este estado de preparación
interior es: Convertirse en “ANTENA ESPIRITUAL”,
o también, transformarse en un “Diapazón armónico” que expresará la
vibración espiritual a través de su aura, lo cual se expandirá hacia la Red de Luz Planetaria automáticamente, sin
necesidad de ritos de ninguna especie, siguiendo tan solo leyes naturales.
A esto otros le han llamado: transformarse en un “SER ESPEJO”, pero como el espejo da idea tan solo
de “reflejo” y no de “resonancia”, para mí es más correcta la idea de “RESONADOR
ARMÓNICO”, o “Resonador Magnético”. (“Resonancia armónica”, “resonancia magnética
búdica-átmica”, “resonancia magnética crística”, “resonancia solar”, “resonancia
magnética espiritual”, etc., son conceptos análogos).
Más allá del término que se elija, o que se crea más
pertinente, significan, en esencia, lo mismo. Si quisiéramos ‘hilar más fino’
los conceptos, diríamos lo siguiente:
Un Ser Espejo
siempre es un Resonador Armónico;
pero un Resonador Armónico no siempre es un Ser Espejo. Esto ocurre por la
siguiente razón: Cuando la resonancia espiritual en el aura del individuo es
leve, no aparece aún la actividad de “espejo”; pero cuando la ‘resonancia solar’
(búdica, o crística) comienza a ser poderosa, el individuo se
transforma en un catalizador y reflector de las energías superiores,
transformándose así en un Ser-Espejo. En síntesis: Cuando el Resonador Armónico se hace poderoso y
constante (no intermitente,
como ocurre al principio),
se convierte en un Ser-Espejo.
Una parte de la humanidad está siendo llamada a
convertirse en estos tiempos en “resonadores armónicos”, es decir, en
Diapazones de Luz. Para esto solo hay que tener el nivel de consciencia
adecuado (nada más, y nada
menos…).
Un “Resonador Armónico” ya no tiene conflictos
neuróticos (psicológicos) y su ser interno vive en la Paz del Ahora intemporal.
Si bien un Resonador armónico puede emplear mantrams,
oraciones, plegarias, etc. no depende de ello, porque puede prescindir de ellos
y seguir resonando igualmente, como diapazón, con su Ser espiritual. La
activación de su ‘sonar’, su “vibración
diapazónica solar”, no depende ya de fórmulas, ya no las precisa en
realidad… Un silencio interno…, tan solo un silencio, será suficiente para
sentir ese fluir vibrante, el fluir del inagotable Manantial Interno.
Esto…, es Servicio Planetario. Es ‘Teurgia del Hombre Nuevo’, y no se
necesita ni siquiera saber de la palabra ‘Teurgia’, ni de ninguna otra
palabra…, porque el verdadero “Resonador armónico” está más allá del símbolo (y la palabra es símbolo…).
La “Convergencia Armónica” es también un concepto
interesante a considerar, porque es la reunión de Resonadores armónicos,
resonando al unísono… Esto es Trabajo Interno Grupal en la Nueva
Era…
Esta última idea (aunque no es nueva) la dejo para la libre reflexión de los interesados…
En la próxima Raza Madre (la ‘Raza Solar’ o ‘Koradi’,
la 6° Raza Raíz), la Humanidad estará conformada por ‘resonadores
armónicos’. Los humanos resonarán en diferentes niveles o grados de resonancia
armónica, claro está, pero ningún ser humano de la próxima Raza será un ser totalmente
desarmónico, neurótico, y sin ningún contacto con la Fuente Espiritual (como hoy
en día ocurre en gran parte de la humanidad actual). Es por este motivo que esa
será una nueva Humanidad, con padrones de conducta y vibración muy diferentes a
las razas que hasta hoy han aparecido sobre la Tierra.
Saludos a los que visitan este blog, “Misterios
Develados”…, y a todos los “resonadores magnéticos”…
Suryanam Ra.-